miércoles, 5 de noviembre de 2008

Pasadizo de cartón

Al descartar las cajas de origamis debido a su arduo trabajo de realización, optamos por trabajar con cajas de cartón.






Estuvimos mucho tiempo indecisos sin saber que hacer, pero luego de ver algunas imágenes, decidimos crear un pasadizo de cajas de cartón. Sus paredes interiores irían mutando, cajas que sobresalen, otras que entran. Generando así en el usuario un movimiento, un recorrido, distintos encuadres. Lamentablemente, el ejercicio no funcionó. No quedamos conforme con el resultado.



Cubo espacial

A la hora de realizar un espacio que comprendiera los 2,4 x 2,4 x 2,4, elegimos seguir con la idea de Sole. Las de las cajitas de origamis. Nos dirigimos hacia una esquina transitada, ya que queríamos interactuar con las personas. Pensando e improvisando, comenzamos por formar una telaraña de tela para luego colgar las cajitas.


Luego nos dimos cuenta que las cajas perdían protagonismo, y nosotros buscábamos distinguirlas. La tela era un material secundario, pero no resutló ser así. Por lo que decidimos cambiar la telaraña de tela por una de tanza. Su transparencia permitiría que las cajas tomarán vida. Quedarían suspendidas en el aire. En pausa. Cayendo. Subiendo. Volando.



Aunque en las fotos el resultado parece estar bueno, no conseguimos generar nada. Ya que las cajas no alcanzaron para llenar el espacio, debido a su largo trabajo de realización, sólo nos alcanzó para hacer algunas pocas.









Dispositivo

A la hora de pensar un dispositivo, pensé primero en cuales habían sido mis percepciones en Piriápolis. Silencio, verde, quietud, playa, mar. Me pareció que faltaba algo que unificara Piriápolis, ya que en cada lugar me sentí aislada de todo, aunque las percepciones no variaban demasiado. El sentimiento era el mismo. Pensé en el viento, en los sonidos. Se me ocurrió entonces crear un artefacto el cual, mediante el aire, podría generar sonidos que abarcaran lejanías distantes. Luego pensé que sería mejor que uno mismo pudiera generarlas. Por lo tanto basándome en las fautas de pan,
imaginé grandes tubos de metal que se extendieran hacia el cielo, cada uno, una nota musical. Ubicado en lo alto de uno de los cerros. Donde uno fuera especialmente y con un caño golpeara cada nota emitiendo una melodía. A la hora de elegir la forma, me pareció adecuado elegir una que siguiera una lógica, ya que Piriápois asi la tiene. Basándome en la divina proporción ubiqué los tubos.


Se me hizo difícil realizarlos de metal, por lo que tuve que hacerlo de cartón. Por supuesto que no generarían lo que buscaba pero era un bosquejo de la idea principal.

(Había sacado unas fotos pero el pen murió y se perdieron, voy a armar de vuelta el dispositivo y luego las cuelgo)